martes, 4 de octubre de 2011

Poetry

Tratando temas como el suicidio y el Alzheimer, Poetry podría haber resultado en una película fatalista y gris, pero no lo es en absoluto. Es, ante todo, una película vitalista. Esto se debe, en parte, al cuidado que ha puesto Lee Chang-Dong en construir una historia más centrada en celebrar los pequeños acontecimientos cotidianos alrededor de la vida de su protagonista que en explotar los matices trágicos de su situación. Y, en parte, también se debe a la cálida y valiente interpretación de Yun Jung-Hee, actriz encargada de poner en pie un carácter que nos conquista tanto por su ternura como por su rebelde excentricidad. Ambos artistas fueron aplaudidos en Cannes el año pasado, pero sólo Lee Chang-Dong fue reconocido con un premio al mejor guión.
Poetry nos cuenta la historia de Mija, una señora encargada de criar a su nieto adolescente, y que trabaja a tiempo parcial, cuidando de un anciano que ha sufrido un infarto cerebral. Ya desde su primera aparición en pantalla, Mija se nos aparece como una sesentona dulce y pizpireta, capaz de transmitirnos una discreta alegría con su sola presencia. En una visita al Hospital, Mija es diagnosticada de una fase temprana de Alzheimer. Al mismo tiempo, se hace eco de un suceso acaecido recientemente: el suicidio de Hee-jin, una adolescente compañera de clase de su nieto Wook. Impactada (o acuciada) por estas dos noticias (la de la enfermedad y la de la muerte), Mija decide apuntarse al taller de poesía que se imparte en su centro de adultos local.




Las cosas se complican un poco más cuando Mija descubre que lo que empujó a Hee-jin a quitarse la vida fue las repetidas violaciones que sufrió por parte de varios compañeros de clase, entre los que se encontraba su nieto. Uno de los padres de uno de estos niños intenta convencer a Mija de que es necesario pagar una importante suma de dinero a la madre de Hee-jin, para que ésta no levante ningún tipo de acusaciones contra los culpables.   

Poetry comparte muchas similitudes con Mother de Bong Joon-Ho, otra película coreana que también estaba protagonizada por una mujer madura y que también tenía como punto de partida de la acción el hallazgo del cadáver de una adolescente. Pero si la protagonista de Mother lleva a cabo una  investigación policial para probar la inocencia de su hijo en  el asesinato de la joven, la investigación que lleva a cabo Mija es de carácter moral, y es un intento de absolver a un mundo que sigue girando como si nada tras la muerte de Hee-jin. Desconcertada por la implicación de su nieto en el crimen, Mija tratará de buscar las razones del comportamiento de éste, al mismo tiempo que intentará  seguir los pasos de la suicida, en una especie de homenaje póstumo, como una manera de perpetuar su memoria. Para lograr todo ésto, Mija se valdrá de las armas de la poesía. Acuciada por las palabras del profesor de su taller, Mija intentará "nombrar una manzana como si fuera la primera vez que la estuviera viendo". Es esa perenne capacidad de maravillarse que ofrece la poesía, la que inspirará a Mija en su día a día, en sus varias disquisiciones.


 

Lee Chang-Dong es un narrador nato, y rodea a su protagonista principal de una impresionante galería de personajes secundarios, que ofrecen un interesante fresco no sólo de la sociedad coreana en particular, sino de la comedia humana en general. Y así, tenemos al policía honesto que fue traspasado de su puesto a uno de menor categoría, y que se dedica a recitar poemas eróticos en sus ratos libres; tenemos al viejo patriarca, discapacitado por un infarto cerebral y obsesionado con fornicar por una última vez antes de morir; tenemos a los empresarios de medio pelo, preocupados más por la educación académica de sus hijos que por la integridad de los mismos; tenemos a los adolescentes apáticos e hipnotizados por los móviles y el televisor... Todos ellos convencen por su humanidad llena de imperfecciones, por su cercanía,  por su estupidez. Todos ellos son fuente de inspiración para Mija.

Poetry se inicia y concluye con un río. En la primera escena, unos niños que juegan en la orilla descubren el cadáver de Hee-jin flotando sobre las aguas. En la última escena, un poema recitado en off por Mija va encadenando imágenes cotidianas (oficinistas que vuelven a casa, niños saltando bajo la lluvia artificial de una manguera, el tráfico, los árboles, cosas así) hasta llegar a la apoteosis del puente. El puente es el lugar desde el que Hee-jin se despidió del mundo. El río que hay debajo de este puente fluye hacia nosotros, trayéndonos en su cauce el secreto de las vidas que se han ido y el de las palabras que se han olvidado. De ese secreto, de ese silencio, y de la belleza que siempre permanece, nos habla Poetry.


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