miércoles, 26 de septiembre de 2012

We need to talk about Kevin

A pesar de ser una de las películas más despiadadas, inquietantes e incómodas que había visto en los últimos meses, el post sobre We need to talk about Kevin se me atragantó por cuestiones que no vienen al caso y quedó abandonado en el archivo de borradores durante un buen tiempo. Recupero ahora mis apuntes de entonces porque, en lo que va de año, aún no he visto una película que me haya producido tanto desasosiego como ésta, y el hecho de que aún la recuerde no sólo es un indicio de su calidad artística o del impacto que produjera en mí, sino que apunta a algo mucho más idiosincrático: debo de escribir sobre ella para empezar a olvidarla. 

We need to talk about Kevin nos acerca a una figura que, desgraciadamente, es de rabiosa actualidad: la del psicópata. Sin entrar en maniqueísmos ni en carnicerías frikis, WnttaK abre el campo de visión y disecciona con un escalpelo impasible la realidad que rodea al personaje. No tanto para hacer hincapié en el lado más humano del psicópata, sino para apuntar mejor en otra dirección, a otro personaje, uno que suele despertar poco interés tanto en la realidad como en la ficción (con la salvedad, acaso, de la obra de Mary Shelley y Almodóvar): la madre del monstruo. Teniendo en cuenta las excepciones nombradas, uno podría decir que los conflictos propuestos en WnttaK se encuentran a medio camino entre el peso de la culpabilidad de Victor Frankenstein y los problemas domésticos de la madre del asesino de Cuatro Caminos. 



Basada en el libro homónimo de la autora Lionel ShriverWnttaK explora la faceta más oculta de la maternidad, dándonos mil razones para no concebir, echando por tierra esa imagen idealizada de la familia feliz que la prensa rosa, por ejemplo, ha propagado entre el público desde siempre. Ser madre es un auténtico coñazo. Te aísla, te extenúa, te anula como persona. Especialmente si eres la madre de un psicópata. Especialmente si el psicópata en cuestión es el Kevin del título, una mezcla de los "angelitos" que aparecían en ¿Quién puede matar a un niño?, de Ibáñez Serrador, y el Damien de La Profecía, de Donen. Pero, a diferencia que en La Profecía, el mundo retratado en WnttaK no es el del Apocalipsis, sino más bien el del Libro de Job. En este caso el santo Job es la, no tan santa pero sí sufridísima, Eva Khatchadourian (Tilda Swinton), madre de Kevin, que vive su infierno particular tras la masacre que su hijo cometiera en el Instituto local, y en la cual murieron varios jóvenes. Eva, repudiada por la sociedad, carcomida por un sentimiento de vacío existencial, se dedica a recapitular su vida como madre, pormenorizando las miserias, el desafecto, los interminables conflictos con Kevin (Ezra Miller). Por supuesto, la Swinton es perfecta para el papel. No sólo porque es una actriz capaz de interpretar mujeres al límite sin perder la compostura, sino porque además sabe sacarle partido a su pelo. De hecho, fue lo primero que me llamó la atención. Ahí estaba, frente a mí, en esa escena casi onírica de la tomatina de Bruñol, y su pelo era una melena larguísima que Tilda se había recogido en sendas trenzas. Sólo unos segundos antes, había lucido una melena más corta, más burguesa y femenina, parecida a la que ya mostrara en I am love, aunque con un tinte castaño y con las puntas hacia fuera. El trabajo de un actor, pienso, se resume en su pelo. El rol que interpretan comienza en los folículos, la psicología del personaje es una peluca de quita y pon. Y en WnttaK la Swinton nos ofrece un repertorio de sus habilidades piloso-interpretativas. Desde la melena juvenil que luciera con Derek Jarman, hasta el corte por encima de la nuca, tan agresivo, de Burnt after reading, pasando por un estilo más Michael Clayton. Distintos pelos para distintas épocas de la vida de Eva: antes de Kevin; durante su vida con Kevin; cuando Kevin ya no está  en casa y, para verlo, Eva tiene que solicitar una visita a la prisión.

Perfecta, sí, la Swinton, porque además es ella la que ayuda a soportar ese equilibrio sobre el que se mantiene WnttaK, que se balancea entre el psicodrama y el cine de arte y ensayo. Difícil la apuesta de Lynne Ramsay, la directora. Difícil y valiente, dada la temática, pero los resultados que ofrecen son demoledores, de una efectividad visual apabullante. Ramsay nos muestra una realidad que aparece deformada por los miedos, las fobias, la repulsión. Al narrarnos la historia desde el punto de vista de Eva, es inevitable que aquella se encuentre condicionada por la psicología de la protagonista. Inolvidable, por ejemplo, la escena primera de la tomatina, en la que un plano cenital nos muestra un montón de corpúsculos moviéndose, que bien pueden ser hematíes en un frotis o garrapatas en una oreja de perro y que, al final, resulta ser una muchedumbre pegajosa, sudorosa, belicosa, sobre la que Eva se erige con los brazos en cruz, como una mártir o una Virgen Dolorosa, como una mater amatisima. La ironía no se le escapa a Ramsay, que juega además con los colores de manera diabólica. Al rojo de la sangre y de la vergüenza que impregna toda la película, hay que añadir el frecuente color blanco de la indumentaria de Kevin. Ja, ja, ja, de blanco, ¡un puto asesino! Ese estilo de Ramsay, a ratos hiperrealista y a ratos expresionista, es, sobre todo, infalible en su cometido: retratar un universo donde la memoria, las emociones y las relaciones con el prójimo se hallan recubiertas por una indeleble pátina de asco. Y es que hay cosas que pueden hacer vomitar más que el estar embarazada. Escalofriante.

5 comentarios:

  1. Una película interesantísima aunque algunos planos y escenas pecan, para mi gusto, de un esteticismo un pelín excesivo y pedante. Es por sacarle algún "pero" a una de las películas que, por el momento, se ha colado en mi Top 10 de 2012. Hay un par de momentos (bueno, hay muchos) que son impactantes: la madre "ahogando" los gritos del bebé bajo el ruido ensordecedor de una taladradora y el primerísimo plano de los ojos de Kevin con la diana reflejada en sus pupilas... ¡son tremendos!. Yo creo que como reflejo de los efectos de un trauma en la salud mental de una persona, es una película acertadísima.

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    1. Gracias por su comentario, Mr. Lombreeze. Coincido con usted en ese "pero", que choca más al principio de la película, pero que luego, a mi parecer, pasa más desapercibido entre los numerosísimos e incuestionables aciertos de la peli. Saludos

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  2. A mí esta película me gustó mucho. De hecho, la acabe de ver y me puse a buscar las anteriores cintas de la directora. Le dediqué entonces un post en mi blog.

    Su próxima peli es un western con Natalie Portman y tengo muuuuchas ganas de verla.

    Un saludo

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  3. Pues ya le estoy echando un vistazo. Ya me dirá cual otra me recomienda, pues yo sólo he visto esta de Kevin. La del western suena muy bien.

    Saludos

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  4. Otra vez totalmente de acuerdo con tu exposición Sr.Con Boina. Esta película hace unta temporada que la vi y efectivamente es de las que dejan poso. al principio creía que no me iba a gustar porque me parecía un poco rara y lo es, pero en cuanto me metí en su "juego" la verdad es que me gustó y me resultó muy interesante. El trabajo de Tilda Swinton, para mi gusto, estupendo.
    Yo tampoco conozco el anterior trabajo de la directora, ummm me está entrando algo de intriga...
    Saludos!

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